lunes, 23 de marzo de 2009

Cosa de humanos

Estoy arto de seguir con esta mediocre existencia, arto de tener que soporta a mi jefe del trabajo, arto de seguir a los pies de la mayoría estúpida por unas rodajas de pan y un trago de agua, arto de fingir aceptación cuando detesto todo lo que me rodea.

Un nuevo amanecer normalmente disipa la oscuridad que invade mi mente, pero ahora esta oscuridad es como plasta pegada en cada esquina de la bóveda celestial de recuerdos, ideas y pensamientos. Ya no queda mucho tiempo, aunque lo vengo diciendo desde que murieron mis padres, desde que perdí a mi pareja, desde que deje la escuela y empecé a ganarme la vida como un animal de carga, lo vengo diciendo desde que murió mi perro y mediocremente llore por él.

-Nunca lo entendí, nunca entendí a la gente que decía que simplemente llego al final de la cuerda, nunca entendí a la gente que agarraba a su propia hija de 12 años como rehén para tirarse de un quinto piso, nunca lo entendí hasta el día de hoy. Falle como padre, falle como hijo, falle como esposo, falle como persona, “llegue al final de la cuerda”…

La humanidad debería de perder la capacidad de siquiera pensar en suicidarse, pero ya no hay vuelta atrás, ahora es parte de la prueba del pequeño pero muy impórtate engranaje que conforma la existencia de la misma humanidad, lastimar a los demás para satisfacer su propio hedonismo, crear ilusiones de que para ser feliz te tienes que comparar con alguien inferior a ti y que si no lo hay tienes que crear a esas sombras que susurraran en tu hombre que tu vida es una mierda pero que apesta menos que la mierda del de alado, parte de un simple procedimiento automatizado que te dice que hacer cuando estas triste, o cuando estas feliz, porque la humanidad es la misma esencia de la maldad y la morbosidad, de la mediocridad y la vergüenza, del dolor y el sufrimiento, de cada mal y cada pena; y no tratéis de culpar a los demás, porque vive dentro de ti y dentro de mí, la pureza de maldad que todos tratamos de ocultar.

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